¿ES EL COLESTEROL, EL MALO DE LA PElÍCULA?

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En realidad ese ambiente oxidativo produce roturas en la pared  de los vasos sanguíneos dejando pasar sustancias y moléculas que no deberían pasar y esto pone en alerta al colesterol vehiculizado por  las LDL intentando solucionar el problema para tratar de reponer la superficie y devolver la impermeabilidad, pero como el ambiente oxidativo es tan intenso, este colesterol se oxida y se pudre, esto da lugar a un reacción inflamatoria  local más o menos intensa cuyo objetivo es tratar de limpiar la zona, acudiendo los macrófagos que son nuestras células barrenderas, estas engullen esas moléculas de LDL oxidadas convirtiéndose en células  espumosas y liberando más moléculas inflamatorias y claro, ya la hemos liado!

Las LDL oxidadas y podridas, los macrófagos incapaces de engullir todo, la llegada de células de sistema inmunológico como respuesta a la señal de inflamación, la vasoconstricción como consecuencia de la falta de óxido nítrico (molécula vasodilatadora), la muerte celular por citotoxicidad y la fibrosis y endurecimiento por reacción de la capa muscular de la pared arterial hacen que se forme la famosa capa o placa de ateroma.

Así que la teoría del colesterol malo (LDL) y el colesterol bueno (HDL) no es tan cierta o más bien, es algo más compleja como has podido comprobar ya que  las moléculas  HDL Y LDL cumplen una función, la de transportar a la molécula de colesterol de un lado a otro del organismo según sea necesario.

Las estatinas, medicamentos destinados a reducir el valor del colesterol son eficaces en depende que grupo de personas, las que realmente lo necesitan, pero… ¿Somos conscientes de que colesterol no es el único factor de riesgo que aumenta la aparición de padecer enfermedades cardiovasculares?

Pues la verdad es que , no!  Porque cuando el médico nos prescribe el medicamento, normalmente ya no prestamos atención a otros factores importantes como la alimentación, el sedentarismo o el estrés, pensando que  el tratamiento será suficiente y obrará el milagro.

Pero ahora, sí lo sabes, así que, si estas tomando medicación para reducir el colesterol, no te confíes, hay otros factores también fundamentales que debes controlar como son la resistencia a la insulina, el perímetro abdominal y  la tensión para minimizar ese estado de inflamación crónico que hace que nuestro organismo se oxide y funcione peor.

Hábitos como la exposición a la luz solar durante el día y la preservación de los ritmos circadianos, para asegurarnos  una correcta síntesis de vitamina D y de melatonina, el ejercicio aeróbico y de resistencia, el control del estrés, descansos digestivos y una dieta rica en alimentos frescos priorizando las verduras y las proteínas, nos ayudarán a minimizar nuestra inflamación y mejorar nuestros niveles de energía.

Recuerda, las medicinas nos ayudan pero tus

hábitos hacen que funcionen mejor.

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